Ver y verse, desnudo y permitiéndose Ser en la verdad y el brillo de quien uno realmente Es.
Atravesar con coraje y compromiso cada capa que se deshecha, irguiéndose en las caídas y dando un paso al frente ante toda situación incómoda o discordante…
Sanar desde la raíz, desde lo más profundo del útero de la Madre Tierra y del propio útero, con un corazón amoroso, compasivo, valiente, que deshecha lo inútil, falso y limitante para abrazar el vacío creativo que da a luz lo nuevo…
En el silencio del espacio sagrado, que resuena como un eco más allá de lo imaginable preguntando: “y ahora… ¿quién Sos?” Y es el cuerpo el que va informando sobre una nueva humanidad, que se manifiesta desde lo divino de cada aliento, un cuerpo habitado como sostén de lo que se está gestando, presente en una nueva forma de Ser y Estar.
Con un infinito poder interior, que pide ser tomado en su real dimensión, creando historias de libertad y coraje para una nueva tierra, esparciendo semillas, en cada giro de una espiral que no tiene fin y sosteniendo la Conciencia y el Amor como guías e inspiración…
¡Que esta Luna Nueva bendiga tu Siembra Sagrada y te conduzca amorosamente hacia el equinoccio!