En el vacío que se produce cuando el Alma se alinea con el universo, cuando la percepción conduce a una nueva visión al haber desterrado las limitaciones, los miedos y necesidades de la personalidad…
En la quietud del silencio que conduce a la espera paciente, a la valoración de la nada, de la pausa, aunque alrededor todo gire extraña y alocadamente en un caos que parece no tener fin; hay un espacio en el templo sagrado en el que anida la verdad, que es pura calma, pura paz, unión a ser parida en la gran red de conciencia.
En ese centro, en ese instante de pura presencia, el corazón gestador habilita al artista, al creador de la propia obra de arte que se está gestando para ser desplegada como nueva creación en un lienzo en blanco.
Ciclos que cierran…ciclos que abren… hacia la luna llena de aries en libra…