Al agradecer cada situación que condujo a este presente.
Tomar conciencia del recorrido que hoy impulsa a abandonar obstáculos y resistencias.
Soltar las cadenas, despidiendo la supuesta comodidad y confort de lo conocido del nido, para animarse a saltar al vacío y sentir la suave brisa que agita las alas.
Permitirse Ser aquello para lo que fuimos creados.
Desnudarse, reconociendo nuestra Esencia y dejando que el viento sostenga al Alma liberada y completa, dejándose llevar por la Vida.
Sentirse en ese espacio de un corazón expandido que da luz al desequilibrio en la presencia sagrada que nutre un nuevo sentido y crea nueva Vida.
¡Bendiciendo la trama de la Vida en Munay!
