Hacia la Luna llena en Aries…

Reconocernos para asumirnos al integrarnos, haciéndonos cargo de la parte que nos corresponde, como creadores de cada causa y cada efecto, honrándonos por lo transitado, lo aprendido, lo desaprendido lo que estamos dispuestos para aprender.

Tiempo de madurar lo que se impone con fuerza por haber sido ocultado, negado, no visto, previamente. Podemos usar muchas herramientas, para eso están, para ser “usadas”, no para entregarles nuestro poder interno.

La tarea es de uno consigo mismo, con el maestro interior, en silencio, en soledad, en la quietud, sacando la rabia, llorando, riendo y por sobre todo aceptándonos al ver-nos y escuchar-nos con honestidad, para encontrar la integridad, la coherencia interna y dejar de proyectar en lo externo.

La labor es de autoconocimiento, danzando con las luces y las sombras, prestando atención al juego de las escondidas con el ego para poder re-cono-Ser-Nos. Inspira el Colibrí en este Viaje épico del Alma, mostrando la quietud en el movimiento.

Liberar-nos expandiendo las alas tal como lo hacen el Cóndor y el Aguila, elevándonos con una visión expandida y totalizadora junto al Gran Espíritu.

Asombrarnos en este tiempo espiralado y exquisito que lleva en sus giros al corazón, para vernos, alivianar la carga, cerrar ciclos y soltar las amarras, siguiendo el Viaje sagrado, con un nuevo plan de vuelo, que acerca nuevas bellezas del Cielo al vientre de la Madre Tierra.

¡Éste es el Tiempo para agradecer y bendecir la trama de la Vida en Munay!

Nuna Saya. 08/10/2022