En esa sutil, imaginaria y fina línea que invita a balancear lo que entrego con lo que recibo, lo que tomo con lo que me dan.

En el valor y la confianza que me sostienen cuando fluyo en los ritmos que me propone la Vida para ir más allá de ello, cuando es posible.

En la mágica experiencia de vivir el aire que entra en mí en cada inhalación, dejándolo partir en cada exhalación y en ese efímero instante entre una y otra,  conectándome con la Existencia.

En el espacio sagrado que habito y me recuerda danzar, experimentando entrar en la escena o salir de ella; sentir el caos, o volver a la apacible armonía y paz interna.

Permitiendo que las propias energías femeninas y masculinas se entrelacen en un juego íntimo de enamorados, que van más allá de las luces y las sombras.

Honrando al Ser que en cada situación que voy integrando, en esta aventura de la búsqueda del propio equilibrio, libera un potencial infinito de puro Amor y Sabiduría, energía que se manifiesta y expande desde el templo sagrado que habito.

¡Bendiciendo la gran trama de la Vida en Munay!

                                               Nuna Saya. 13/05/2023